El presidente de Independiente no encuentra respuestas al pobre presente de su equipo: «Para mí sería terrible irme al descenso», admitió
Javier Cantero sabe que está en el ojo de la tormenta. Con Independiente en zona de descenso, algunos cañones apuntan a él por ser el presidente del club, y les hace frente.
«Estoy muy mal, la situación es preocupante y cada vez falta menos.Para mí sería terrible irme al descenso. Mas allá que se mereció ganar varios partidos debemos ganar lo que nos quedan.Estoy haciendo todo lo posible como dirigente y esperemos salir adelante», dijo Cantero en declaraciones a ESPN Radio Rivadavia.
«Hay tantas cosas por hacer que no hay tiempo para tener pánico. Con Gallego estamos muy unidos. Está convencido que vamos a salir adelante, nosotros desde la dirigencia también y esperamos que así sea», señaló, intentando ahuyentar los rumores de la renuncia del Tolo.
«Tenemos un contrato firmado con el Gallego y lo queremos cumplir. 30 mil personas durante varias fechas pidieron que venga a dirigir y no puedo traicionar a esa gente. Si hoy tuviéramos otro técnico la gente hubiera pedido por el Tolo también», remarcó.
Con respecto a sus acciones al frente de los Rojos, explicó: «Yo soy el presidente del club y tomo las decisiones mas importantes y si las cosas no van bien en lo deportivo tengo la mayor responsabilidad. Yo no entro a la cancha ni formo el equipo pero soy el máximo responsable sin ninguna duda»
La amenaza a Leguizamón. «Lamento mucho el mal momento que pasó Leguizamón. No ayuda lo que pasó. Sé que la gente esta desesperada pero tenemos que salir adelante. No ayuda para nada insultar a los jugadores», resaltó.
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All Boys, Unión, Atlético Rafaela y Argentinos, la seguidilla de partidos en la que el Tolo intentará cambiar el presente de su equipo; «No voy a renunciar», anticipó el DT tras el 1-1 ante Boca.Por Damián Cáceres
«Antes de que me pregunten, les digo que no voy a renunciar. Voy a seguir al frente de Independiente. Vamos a salir adelante», anunció Américo Gallego. Como un presagio de lo que vendría, el DT de Independiente pretendía echar por tierra cualquier pregunta insidiosa sobre su futuro. Si bien el ambiente no está espeso en la zona roja de Avellaneda, una recorrida por el playón de salida del Libertadores de América o por la calle Alsina bastaba para entender el sentir del hincha del Rojo. La fe está intacta. Pero ¿hasta cuándo? Por momentos, pareciera que el Rojo vive ajeno a una realidad que ni el más pesimista imaginó un lustro atrás. Aunque cada vez más hinchas se animan y hablan del desastre que significaría descender de categoría.
«Hoy si nos íbamos al vestuario al término del primer tiempo 4 a 1 estaba bien, pero nos fuimos perdiendo. Hace rato que no veo un partido tan inclinado para un lado. Independiente tuvo situaciones de gol que no podés errar y nosotros erramos», señaló el Tolo. Es que el manto protector que irradia su nombre no alcanza para definir los partidos. Se le terminan las oportunidades a Independiente. Se le escurren como el agua entre las manos. Pasaron siete fechas del torneo Final y el Rojo permanece en descenso. Un club que apenas puede mantenerse en pie, pero cuyo coqueteo permanente con el desastre lo desmanteló de ese halo de gran campeón . Ese mote que sus hinchas recuerdan y al que se aferran, como nunca antes, para evitar caer en el abismo emocional.
Ya no sirve mirar para atrás. Sólo alcanza con aprender la lección e intentar sumar de a tres puntos ante los próximos rivales. Plasmar, más allá de las palabras, esa seguidilla de resultados que tanto ansía el Tolo para descontarles a equipos en una lucha desigual. Restan 12 finales. Y los próximos cuatro encuentros marcarán gran parte de la bisagra que defina la salvación momentánea o la desgracia futbolística del Diablo. En menos de un mes, chocará con All Boys, Unión, Atlético Rafaela y Argentinos. Nada más y nada menos que los oponentes con los que pelea en esa sala de espera, cargada de angustia extrema, en que se transforma la parte de abajo de los promedios. Una especie de purgatorio compuesto por tres temporadas de malas campañas.
El contexto, fecha a fecha, suma complejidad. Las dudas se agigantan. Los temores, también. Y los reproches, todavía a cuentagotas, comienzan a asomar. Como el del plateísta furioso que le recriminó al DT por la inclusión del pibe Lucas Villafañez. «No te preocupes que termina y me voy», le respondió Gallego con una sonrisa irónica. Un gesto típico del Tolo para aquietar las aguas. Un Tolo ecléctico que es capaz de pedir serenidad a hinchas y jugadores con la misma compulsión con la que le reclama a Laverni que expulse a Bianchi por ingresar tarde al segundo tiempo.
Así es Gallego. Un técnico en permanente estado de ebullición al que el presidente Javier Cantero respaldó, días atrás, al invitarlo a renovar el vínculo hasta el fin de su mandato, en diciembre de 2014.
Luego de un partido como el de ayer, es cierto, hay motivos que invitan a pensar en positivo. Por más que las imágenes que le devuelven sus jugadores no están ni cerca de lo que pretende Gallego, el entrenador los felicitó. Dentro y fuera del vestuario. Incluso, cuando terminó el partido y todavía con el empate atragantado, aplaudió uno a uno. Como si fuese uno más del plantel, los fue a buscar hasta la mitad de la cancha. Sobre todo al Rolfi Montenegro, quien a su entender erró el penal por «mala suerte» y no por pericia de Orion. Acaso, como una forma paternalista de cobijarlos ante una posible recriminación. Algo que ya vivieron en actuaciones para el olvido como ante Newell’s y Godoy Cruz. Ambas en casa. Ambas inmerecidas.
Hace cuatro fechas que el Rojo no gana. Ese oasis que disfrutó ante Racing se disipó por completo. Dos derrotas y dos empates, luego de vencer a la Academia. Y ante semejante panorama, ayer el Tolo reconoció: «Hay poco margen para seguir equivocándose».
All Boys, Unión, Atlético Rafaela y Argentinos, la seguidilla de partidos en la que el Tolo intentará cambiar el presente de su equipo; «No voy a renunciar», anticipó el DT tras el 1-1 ante Boca.Por Damián Cáceres.
«Antes de que me pregunten, les digo que no voy a renunciar. Voy a seguir al frente de Independiente. Vamos a salir adelante», anunció Américo Gallego. Como un presagio de lo que vendría, el DT de Independiente pretendía echar por tierra cualquier pregunta insidiosa sobre su futuro. Si bien el ambiente no está espeso en la zona roja de Avellaneda, una recorrida por el playón de salida del Libertadores de América o por la calle Alsina bastaba para entender el sentir del hincha del Rojo. La fe está intacta. Pero ¿hasta cuándo? Por momentos, pareciera que el Rojo vive ajeno a una realidad que ni el más pesimista imaginó un lustro atrás. Aunque cada vez más hinchas se animan y hablan del desastre que significaría descender de categoría.
«Hoy si nos íbamos al vestuario al término del primer tiempo 4 a 1 estaba bien, pero nos fuimos perdiendo. Hace rato que no veo un partido tan inclinado para un lado. Independiente tuvo situaciones de gol que no podés errar y nosotros erramos», señaló el Tolo. Es que el manto protector que irradia su nombre no alcanza para definir los partidos. Se le terminan las oportunidades a Independiente. Se le escurren como el agua entre las manos. Pasaron siete fechas del torneo Final y el Rojo permanece en descenso. Un club que apenas puede mantenerse en pie, pero cuyo coqueteo permanente con el desastre lo desmanteló de ese halo de gran campeón . Ese mote que sus hinchas recuerdan y al que se aferran, como nunca antes, para evitar caer en el abismo emocional.
Ya no sirve mirar para atrás. Sólo alcanza con aprender la lección e intentar sumar de a tres puntos ante los próximos rivales. Plasmar, más allá de las palabras, esa seguidilla de resultados que tanto ansía el Tolo para descontarles a equipos en una lucha desigual. Restan 12 finales. Y los próximos cuatro encuentros marcarán gran parte de la bisagra que defina la salvación momentánea o la desgracia futbolística del Diablo. En menos de un mes, chocará con All Boys, Unión, Atlético Rafaela y Argentinos. Nada más y nada menos que los oponentes con los que pelea en esa sala de espera, cargada de angustia extrema, en que se transforma la parte de abajo de los promedios. Una especie de purgatorio compuesto por tres temporadas de malas campañas.
El contexto, fecha a fecha, suma complejidad. Las dudas se agigantan. Los temores, también. Y los reproches, todavía a cuentagotas, comienzan a asomar. Como el del plateísta furioso que le recriminó al DT por la inclusión del pibe Lucas Villafañez. «No te preocupes que termina y me voy», le respondió Gallego con una sonrisa irónica. Un gesto típico del Tolo para aquietar las aguas. Un Tolo ecléctico que es capaz de pedir serenidad a hinchas y jugadores con la misma compulsión con la que le reclama a Laverni que expulse a Bianchi por ingresar tarde al segundo tiempo.
Así es Gallego. Un técnico en permanente estado de ebullición al que el presidente Javier Cantero respaldó, días atrás, al invitarlo a renovar el vínculo hasta el fin de su mandato, en diciembre de 2014.
Luego de un partido como el de ayer, es cierto, hay motivos que invitan a pensar en positivo. Por más que las imágenes que le devuelven sus jugadores no están ni cerca de lo que pretende Gallego, el entrenador los felicitó. Dentro y fuera del vestuario. Incluso, cuando terminó el partido y todavía con el empate atragantado, aplaudió uno a uno. Como si fuese uno más del plantel, los fue a buscar hasta la mitad de la cancha. Sobre todo al Rolfi Montenegro, quien a su entender erró el penal por «mala suerte» y no por pericia de Orion. Acaso, como una forma paternalista de cobijarlos ante una posible recriminación. Algo que ya vivieron en actuaciones para el olvido como ante Newell’s y Godoy Cruz. Ambas en casa. Ambas inmerecidas.
Hace cuatro fechas que el Rojo no gana. Ese oasis que disfrutó ante Racing se disipó por completo. Dos derrotas y dos empates, luego de vencer a la Academia. Y ante semejante panorama, ayer el Tolo reconoció: «Hay poco margen para seguir equivocándose».
El jugador xeneize, que el próximo domingo volverá a jugar luego de una larga recuperación, no ahorró elogios para Riquelme; «Me hizo crecer mucho como jugador y persona», aseguró.
Juan Román Riquelme divide aguas. Hay quienes lo atacan y quienes lo defienden y admiran. En este último grupo se encuentra Juan Sánchez Miño. «Tenerlo como compañero nos hace venir a entrenar con ganas», aseguró el volante de Boca, que el próximo domingo, ante Independiente,volverá a ser titular luego de la lesión que sufrió en el hombro.
«Riquelme me apoyó mucho desde que debuté. Me aconseja. Me hizo crecer mucho como jugador y como persona», contó Sánchez Miño, en conferencia de prensa, tras el entrenamiento matutino de hoy. Y agregó: Compañeros como Lucas (Viatri), el Burro (Martínez) y Román me han acompañado mucho».
Además, el volante destacó la posibilidad de poder ser dirigido por Carlos Bianchi, el entrenador de Boca. «Es un técnico que ha ganado todo en el club, es un desafío. Hay que tratar de rendir al máximo. Trato de aprender de lo que me dice Bianchi día a día», sostuvo.
«El grupo está bien, el equipo está bien y se va a poder lograr el objetivo», dijo Sánchez Miño. Y, en referencia al partido con los Rojos, añadió: «Me tocó jugar varios partidos contra Independiente, pude convertir dos veces. Ojalá me toque el domingo».
Román puso segunda. Juan Román Riquelme, el capitán de Boca, se entrenó hoy con mayor intensidad mientras se recupera de una distensión muscular; en tanto, Bianchi insistió con trabajos tácticos con los defensores, con miras a los partidos por el Torneo Final y la Copa Libertadores.
El delantero aún no convirtió en lo que va del torneo Final y es resistido por parte de la hinchada; el DT apostaría por Caicedo, para enfrentar el viernes a Godoy Cruz.
Parece que se le consumió el tiempo a Ernesto Farías. El gol no llegó y la enumeración de situaciones perdidas provocarían el cambio que pide la mayoría de los hinchas de Independiente. Con paciencia y respaldo en cada aparición pública, Américo Gallego esperó y trató de mantenerlo entre los titulares, pero los argumentos parecen acabados con la actualidad del Tecla -sin contar los pulgares para abajo de la tribuna-, situación que le valdría la salida del equipo ante Godoy Cruz.
Hubo pocas palabras en el entrenamiento. Alcanzaron un par de gestos, una lista y el reparto de pecheras. Entre los probables titulares estuvo el colombiano Juan Caicedo, que con pocos minutos se volvió uno de los mimados de los hinchas. Entre los eventuales suplentes se paró el Tecla, de silencioso fastidio, seguramente, consigo mismo. Ahí, en ese mismo instante, pudo haberse dado uno de los cambios más profundos y con incidencias en el futuro.
A Farías le faltó aquello que no puede faltarle a quien lleva el N° 9: goles. No hace uno desde el 9 de diciembre, en el 2-2 con Colón, por el torneo Inicial. La derrota con Arsenal por 1-0, el sábado pasado, en Sarandí, donde el atacante se perdió el empate casi sin marca y en el medio del área, dejaría al Tecla en el banco de suplentes contra los mendocinos. Era un tema de arrastre y de yerros que fastidiaron por Avellaneda y que le valieron al jugador varios abucheos. La situación decantó en un final previsible, pese a que la derrota de San Martín (SJ) con Vélez dejó a los Rojos fuera del descenso.
«El Tecla es un goleador. Cuando no le dan pases gol es difícil hacerlos. Esta vez falló», dijo Gallego, no bien terminó el encuentro con Arsenal. Fue como un anuncio de lo que estaba pensando. Cómo será de viejo el tema que había empezado a fines del año pasado. «Acuérdense de que no tenemos N° 9. Encima se lesionó Buter [por Leonel, un juvenil que debutó y se rompió los ligamentos]», había disparado el entrenador, en noviembre pasado. Igual, el Tolo siempre le tuvo un gran respeto a Farías y una y otra vez le dio confianza en busca de la recuperación.
Aunque desde las tribunas se le cuestionó el carácter introvertido dentro la cancha, Farías se ganó un lugar preferencial entre los dirigentes, los cuerpos técnicos y los jugadores. El presidente Javier Cantero lo tomó como un futbolista emblema. Fue el primer refuerzo de su gestión, se esforzó por retenerlo en el mercado de enero y más de una vez dijo que le gustaría que se quedara hasta el final de su mandato. Dentro del plantel se asentó poco a poco y se ganó la confianza con gestos hacia sus compañeros y con genuinas muestras de profesionalismo en los entrenamientos, las concentraciones y en el respeto por las pautas y los horarios. Cuentan allegados que hasta de una idea suya surgió el sistema de multas para los impuntuales.
La gente le tuvo bastante paciencia al delantero. Si bien se llevó silbidos aislados en partidos anteriores, la relación se quebró en la caída ante Newell’s por 2-1, el 10 de febrero pasado, cuando Farías erró un penal que hubiese puesto el marcador 2-1 en favor de Independiente. Ya no hubo marcha atrás en la relación con los hinchas, que se aferraron a Caicedo, uno de los refuerzos, como bandera de los reclamos. En el olvido, por ejemplo, quedaron los tres goles a Boca, en el histórico triunfo 5-4 en la Bombonera, en el debut del por entonces DT Cristian Díaz, el 11 de marzo de 2012.
Caicedo, en tanto, está listo y no perdió el tiempo con las declaraciones. «Puedo ser centrodelantero, me gusta el gol y jugar en el área», dijo el colombiano, que, a la vez, destacó las cualidades futbolísticas y la ascendencia del Tecla dentro del grupo.
El año empezó como terminó 2012: torcido. No bien se incorporó Daniel Montenegro, Farías se quedó sin la cinta de capitán. Ahora parece haber perdido un lugar entre los titulares. Y quién sabe en junio.
SE CONCENTRÓ ZAPATA
Tras haber salvado el problema con Américo Gallego, Víctor Zapata quedó concentrado para el partido con Godoy Cruz. Julián Velázquez, Samuel Cáceres y Luciano Leguizamón entrarían por Cristian Tula, Lucas Ojeda y Daniel Montenegro.
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Festejos
Ésa es la cantidad de goles que Ernesto Farías convirtió en 37 partidos en Independiente; en el fútbol argentino lleva 142 en torneos locales.
FALLAS INCREÍBLES
- Contra All Boys
Farías se pierde un gol debajo del arco. Fue el 22/09/2012, cuando también hizo un gol en el 1-1.
- Contra Universidad Católica
Falla una «palomita» en el área y los Rojos (1-2) quedan fuera de la Sudamericana, el 8/11/2012.
- Contra Newell’s
El 10/02/2013 falla un penal cuando el partido estaba 1-1. La gente no le perdonó el 1-3.
- Contra Arsenal
Otra vez se pierde un gol a metros del arco. Fue el sábado pasado y los Rojos perdieron 1-0.
El Rolfi volvió a Independiente; tras firmar su contrato el presidente Cantero lo presentó y el campeón en 2002 dijo estar «en casa»
«Es el mejor jugador de Independiente en los últimos años. Si a sus condiciones técnicas le agregamos su personalidad, es un refuerzo inmejorable», las palabras de Javier Cantero marcaron la importancia de la llegada del Rolfi Montenegro, tanto el presidente como para los hinchas de los Rojos.
El Rolfi firmó su contrato esta tarde y luego fue presentado y habló ante la prensa. Montenegro señaló que sintió que debía volver para ayudar el equipo en este mal momento. «Cada partido nuestro será una final, necesitamos ganarlos todos», indicó.
«No soy el salvador, pero entiendo cuando hay que ayudar», declaró el Rolfi, y agregó: «Este club tiene mucha historia y duela la situación», sostuvo por el bajo promedio.
«Decidí volver, era el momento. Parte mía está acá, no había otra que venir y poner el hombro», indicó quien fue campeón en 2002 con el Tolo Gallego, hoy en el banco de suplentes.
El 2-2 con Colón, que mantiene a los Rojos en el descenso, marcó un quiebre con la gente; en el hall, los hinchas pidieron que se vayan todos y hasta se fastidiaron con Gallego.
Un ventarrón caliente alteró los nervios. Algo pasó. En el día de las marchas, la única manifestación popular en Independiente no fue de respaldo. Abrió una grieta que no convendrá registrarla con el nuevo código de un número y una mayúscula con el que ahora parecen ponerse las fechas en rojo. Fue justo en el último partido de 2012, en el que dependió de sí mismo para salir por primera vez de la atmósfera pesada del descenso. No pudo. Los picos de presión lo alteraron. El 2-2 con Colón colmó la paciencia. De un lado, quedaron los hinchas, que bramaron en el hall del Libertadores de América. Del otro, todo el resto: los jugadores, principalmente; los dirigentes, en el puesto siguiente de la fila. Ni siquiera quedó a salvo Américo Gallego, a quien los hinchas se encomendaron no hace tanto como a una estampita salvadora.
La mente de Gallego debe de estar como en una licuadora. Aquellas versiones anteriores al partido que sugerían un probable alejamiento si no conseguía un buen resultado chocaron contra las opiniones de los dirigentes y hasta de su entorno. «El Tolo es muy orgulloso, un ganador, como para irse en este momento. Se queda. No se va ni loco», se aseguró. Pero ayer, por primera vez, a metros de los vestuarios, los insultos se dirigieron a él. Es cierto que se apagaron en unos segundos, pero, seguramente, al entrenador le zumbaron los oídos, por más que anoche, en Fox Sports, Javier Cantero nunca dudó de la continuidad del entrenador.
¿Qué pensarán los jugadores? Hernán Fredes cargó con la mayoría de las críticas. Ernesto Farías pasó de aclamado goleador a casi prescindible para la consideración de los hinchas. Roberto Battión también se llevó buena parte de los reproches. Quién sabe qué será de ellos el año que viene. De ellos y de los que Gallego postergó en sus últimas decisiones… Eduardo Tuzzio, el veterano caudillo que se negó a jugar como lateral derecho. Víctor Zapata, que, aunque sea a media lengua, le pidió más explicaciones al entrenador. O el mismo Paulo Rosales, recomendado por Ricardo Bochini, ahora con la camiseta del asesor, que tiene cada vez menos oportunidades.
Ellos no pudieron hasta ahora. Los jóvenes, como Lucas Villafáñez, Martín Benítez, Patricio Vidal y Francisco Pizzini, aportaron frescura con cuentagotas. Será duro cambiar el panorama con un par de incorporaciones. Esos refuerzos a los que el club de Avellaneda también se encomendará, pero que no serán fáciles de convencer en medio del incandescente panorama.
Dio la impresión de que las obligaciones superaron a un plantel que sabe de situaciones repetidas. Por ejemplo, como en la derrota con San Lorenzo por 2-1, el domingo pasado, un temprano gol que no les da más firmeza a las piernas. Independiente volvió a perderse entre su propia falta de confianza. Tanto que Colón le hizo dos goles casi sin darse cuenta, en apenas seis minutos. Los jugadores se movieron con grilletes y patearon como pudieron.
A estas alturas habrá que decir, y más en una lucha tan sensible contra la barra brava, que esta vez la protesta no tuvo violentos. Fueron socios y socias. Grandes y chicos. En familia, abuelos, padres y nietos, o acompañado sólo por lágrimas. Se dijo que Cantero estuvo en la cancha, aunque esta vez no se lo vio por la zona del temblor. Los temas se mezclaron sin sentido. Si hasta varios se quejaron por la lucha que el presidente empezó con los barrabravas. Lo señalaron por olvidarse de los otros temas importantes del club. En realidad, por uno: el deportivo. Nada tendrá que ver una cosa con la otra, por supuesto, pero el aturdimiento entrelazó todo.
El vicepresidente dio la cara
Como los hinchas no advirtieron la presencia de Cantero, se las agarraron con quien pudieron. Uno de ellos fue el vicepresidente 2°, Claudio Keblaitis, que trató de dar explicaciones como pudo. Le achacaron la contratación de diez refuerzos entre los que apenas rescataron a Fabián Vargas. La discusión fue cara a cara y hasta con algún forcejeo. Es más, hubo que separarlos entre algún intento de agresión. Antes se había ido entre muchos insultos el vicepresidente 1°, Rubén Vázquez. Se habló, por lo bajo, ya de fisuras entre los propios dirigentes.
Los hinchas también le apuntaron a la comisión directiva anterior, encabezada por Julio Comparada. Dijeron no ser River. Mucho menos Racing. Recordaron, en tono amenazante, que la paciencia se acabó para todos. Y prometieron mucho lío si Independiente se va al descenso.
Todos querrán olvidarse lo más rápido posible del 9-D, el día en el que Independiente jugó contra Independiente. El fútbol vs. la presión. La responsabilidad vs. los nervios. Los hinchas vs. todos. En realidad, cada uno deseará un cambio abrupto en 2013 porque ya quedaron pocas fechas de las que acordarse en los últimos y agitados tiempos.
El defensor paraguayo fue blanco de los insultos de los hinchas de Independiente, que fueron ayer al entrenamiento a pedir mayor actitud.
Quedó señalado ayer cuando un grupo de hinchas de Independiente le fue a pedir mayor actitud a los jugadores a la salida del predio de Villa Dominico . Claudio Morel Rodríguez se bajó enojado de su auto, luego de que golpearan uno de los espejos de su camioneta y fue blanco de insultos de los fanáticos rojos.
«No sé si serán barras o no, pero lo que pasó ayer no ayuda para nada», sentenció Morel en una entrevista con Rock and Pop. «No tengo la obligación de parar y recibir un papel que diga que cambie de actitud», consideró el defensor paraguayo, quien aclaró que no quiso pisar a nadie con su auto.
«Nosotros queremos sacar a Independiente adelante. Lamentablemente nos estamos acostumbrando a lo que pasó ayer», siguió Morel y habló de lo que viene: «Hay que hacer una buena pretemporada. La mayoría de los refuerzos llegamos muy sobre la hora».
Los Rojos están en zona de descenso y el domingo por la última fecha recibirán a Colón.Aún tienen un partido pendiente con Tigre de este campeonato, que se jugará el año que viene.
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Luego de la suspensión por la agresión a Olave, se jugaron los 45 minutos restantes y el Pirata superó 2 a 1 a los Rojos, que siguen en zona de descenso; mirá los goles.
Independiente sigue sin rumbo y dilapida una a una las oportunidades para salir del pozo en el que está sumergido. La derrota que sufrió hoy por 2 a 1 ante Belgrano es un golpe más hacia un equipo que se tambalea en el torneo Inicial y sufre en la tabla de los promedios, en la que está en zona de descenso.
Hoy se jugaron los 45 minutos restantes, tras la suspensión por la agresión a Juan Carlos Olave, y la historia no cambió. Aquella vez, Belgrano se había ido al descanso ganando 1 a 0 y luego el partido no pudo continuar. Esta tarde, en dos tiempo (uno de 22 y otro de 23), Independiente se ilusionó con la igualdad transitoria de Samuel Cáceres, pero Lucas Melano selló el 2 a 1 final.
El próximo domingo, los Rojos tendrán un partido contra un rival directo como es San Lorenzo. A ocho puntos del Ciclón en la tabla de los promedios, Independiente se juega más que un partido en el Nuevo Gasómetro, y deberá mejorar si se quiere llevar los tres puntos.
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Cuando ambos equipos se aprontaban para iniciar el segundo tiempo en Avellaneda, desde la tribuna local arrojaron al menos tres bombas de estruendo contra el arquero del equipo cordobés; «»En estas condiciones no se puede jugar», dijo el árbitro Laverni; «No lo puedo creer», dijo Gallego; el Pirata ganaba 1 a 0.
El partido que Belgrano le ganaba a Independiente por 1 a 0 en Avellaneda fue suspendido por el árbitro Saúl Laverni, luego de que un grupo de violentos arrojaran desde la tribuna local tres bombas de estruendo contra el arquero cordobés Juan Carlos Olave.
«El partido se suspende por las bombas de estruendo que le arrojaron a Olave. En estas condiciones no se puede jugar», declaró el árbitro Saúl Laverni, que no dudó ni un instante en tomar esa decisión.
En tanto, el técnico de Independiente, Américo Gallego, no salía de su asombro. «No lo puedo creer», repetía el Tolo, que casi recibe una bomba de estruendo cuando se acercó al lugar de la agresión.
En lo referido al partido en sí, Belgrano le ganaba bien a los Rojos por 1 a 0, con un golazo de Velázquez.
- Los de Avellaneda y los de Victoria, únicos representantes argentinos en los cuartos de final de la Sudamericana, se enfrentan desde las 20.10; el Matador aún no ganó en el Inicial; televisa canal 7
(DyN) – Independiente buscará esta noche ante Tigre, en el cierre de la duodécima fecha del torneo Inicial, un triunfo que le permita acercarse a uno de sus objetivos en esta parte de la temporada: escaparle a la zona del descenso.
El encuentro se iniciará a las 20.10, será arbitrado por Federico Rapallino, y sus alternativas se podrán seguir a través de la pantalla de Canal 7.
En los Rojos existe una sola duda, si finalmente Américo Gallego se decide por incluir entre los titulares a Martín Benítez, ya que Ernesto Farías tuvo una semana complicada por una sobrecarga muscular.
Por su parte Luciano Leguizamón regresará a la formación titular por Paulo Rosales.
Si bien Tigre supera a Independiente por 16 puntos en la tabla de los promedios, el equipo de Victoria aún no ganó en el torneo Inicial, donde acumula seis empates y cinco derrotas.
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Empezó mal, pero pasó a los cuartos de final y sumó el quinto éxito seguido ; fue 2-1 ante Liverpool, con goles de Mancuello y Battión; Universidad Católica, el rival .
MONTEVIDEO (Especial).- Cada paso al frente hace más robusto a Independiente. Y no se trata de cuestiones aisladas porque no es necesario hacer demasiada memoria. Aún se recuerda aquel triunfo de hace un mes ante Liverpool por 2-1, en Avellaneda, que comenzó la serie de victorias que también le calmaron el pulso en el torneo Inicial. Y el círculo de esta pequeña historia se completó anoche, cuando los Rojos avanzaron a los cuartos de final de la Copa Sudamericana con idéntico resultado frente al humilde, pero aguerrido, equipo uruguayo. Vaya si habrá tomado vuelo el ánimo de los Rojos.
Si algo cambió desde la asunción de Gallego fue el modo de asumir los compromisos. Independiente se presenta siempre con un gesto serio, casi de enojo. Sobre él se impulsa. A veces las cosas pueden salirle mejor. Otras, como en el primer tiempo de anoche, no tanto. Pero creció la actitud y el orgullo se canaliza en el esfuerzo más genuino. Hubo festejo, pese a que ahora se vendrán muchos partidos seguidos. Hubo celebración porque los Rojos se lo debían a sí mismos en un territorio tan querido y nostálgico como el internacional.
Quedarán conclusiones que, por supuesto, podrán ser aprovechadas en el campeonato local, donde Independiente se desvive en la lucha por la permanencia, pese a que los éxitos en fila con Unión (2-1), Atlético de Rafaela (2-0) y Argentinos (1-0) engrosaron el promedio. No alcanzaron para sacarlo del descenso, pero cambiaron posturas y encendieron ilusiones. Uno de los datos concretos será que el equipo de Avellaneda sacó provecho cuando se adelantó y cuando se le esfumó la ventaja que traía. Antes de eso la pasó bastante mal. No sólo por el gol del inquietante Núñez -un atacante para tener en cuenta-, cerca del final del primer tiempo, sino porque casi ni pasó la mitad de la cancha.
Otra certeza será el aporte del recambio. Al igual que con Argentinos, Gallego acertó con las modificaciones. Fue en el mismo descanso cuando decidió los ingresos de Villafañez por Fredes y de Benítez por Rosales. Con otra dinámica, con más tenencia de pelota, Independiente revirtió el asunto que hasta entonces tenía como figura al arquero Diego Rodríguez. Independiente empató ni bien empezó el segundo tiempo y se calmó. Fue un pase perfecto y entre líneas de Godoy. Mancuello eludió al arquero Castro y definió.
La resolución del partido, un contraataque de Benítez para Battión que terminó con el gol del mediocampista habló, además, de la importancia del N°5 que no hace mucho era el más resistido. Ante el cansancio y los avances alocados de Liverpool, aportó otra serenidad en los diez minutos que jugó, ya que entró por Godoy. Independiente cargó su agenda de partidos. Sabe que tiene otra prioridad. Pero también siente que no puede hacerse el distraído ante un mandato histórico. Al fin de cuentas, el primer ladrillo de la reconstrucción lo fijó en la Copa Sudamericana.
DE LA UTOPÍA DE RIQUELME A LA BARRERA QUE YA BAJÓ FORLÁN
MONTEVIDEO (Especial).- El clima en Independiente se agitó bastante antes del partido con Liverpool. Fue por las declaraciones del DT Américo Gallego sobre la búsqueda de refuerzos para 2013. «La semana que viene voy a hablar con Riquelme [Juan Román]. Es un crack», dijo el Tolo, en AM 950. Más tarde, Gallego confirmó que llamará a Riquelme: «Cualquier entrenador haría lo mismo. ¿A quién no le gustaría tenerlo». Lo concreto es que la llegada del N° 10 parece utópica pese a la buena relación con el DT. Sobre todo porque el futbolista habría empeñado la palabra con Boca y no jugaría en otro equipo en la Argentina. Gallego dijo que los Rojos buscarán un par de incorporaciones de jerarquía y que un grupo empresarial aportaría dinero.
Otro de los buscados será Diego Forlán, resistido por la gente de Inter, de Brasil, pero el uruguayo aseguró: «No tengo pensado volver a Independiente». Por el que ya hubo charlas es por Carlos Bueno, ex San Lorenzo y ahora en Querétaro, de México.