El ex arquero Amadeo Carrizo, fue ovacionado en el Monumental en un acto en homenaje a su trayectoria, en la previa del partido ante Atlético de Rafaela.
“Es la emoción más grande de mi vida, que el público me reciba de esa forma y que el club, desde el año pasado, me haya distinguido como presidente honorario”, manifestó Carrizo, de cara al arco que que está detrás de la tribuna Omar Sívori mientras era aplaudido por los espectadores.
Carrizo, de 87 años, disputó 551 partidos en River Plate entre 1944 y 1968, donde logró siete campeonatos de primera división (1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957) y dos copas Aldao (1947 y 1955).
El ex arquero oriundo de Rufino, en la provincia de Santa Fe, asistió al acto con el buzo de guardametas de color celeste, acompañado por jóvenes promesas del club con indumentarias típicas de su época como jugador.
“Defendí estos colores al máximo; River es un club muy grande”, declaró Carrizo, emocionado, pero con voz firme, quien al momento de sacarse una foto se calzó una gorra, tal como lo hacía en sus últimos años como jugador del club de Núñez.
“Siempre traté de cumplir con River y lo hice con orgullo, siempre tuve un trato extraordinario con la hinchada, no recuerdo insultos, a pesar que me hicieron algunos goles tontos”, agregó Carrizo quien estuvo acompañado de su nieto Agustín.
La Federación Internacional de Estadística de fútbol (IFFHS) lo eligió como “el mejor arquero” del siglo XX, por delante del paraguayo José Luis Chilavert y Ubaldo Matildo Fillol. Amadeo Raúl Carrizo, nacido el 12 de junio de 1926, es presidente honorario de River desde el 27 de diciembre de 2013, designado por el titular de la institución, Rodolfo D`Onofrio, y el resto de su comisión directiva, quienes estuvieron presentes en el acto.
Télam
Historia del Fútbol Argentino
Esta es la historia de una identidad, la que heredamos de nuestros viejos.
En el día en que el astro sopla 53 velitas, El Gráfico te ofrece el Top-Ten de sus tantos. Y claro tenían que ser Diez, los del 10. Además, hay lujos, gambetas y mucho más.
Por: Jonathan MullerLo logró todo. Gambeteó a cada adversario que se le apareció en el camino, y hoy puede celebrar 10 años lejos del peor enemigo de su historia: las drogas. Diego Armando Maradona expresó hace algunos días atrás que esta a punto de sumar esa cifra lejos de los estupefacientes que condicionaron gran parte de su vida. Por eso, siguiendo con el rubro los festejos del astro, El Gráfico te ofrece un compilado de sus mejores goles. Pero además hay: lujos, gambetas, frases y mucho más.Vistió la pilchas de Argentinos Juniors, donde dio sus primeros pasos; la de Boca, el club de sus amores; la de Nápoli de Italia, equipo que dio el salto de calidad en el mundo, merced a la mágica zurda del 10; la del poderoso Barcelona de España; la de Sevilla, donde formó una duple demoledora junto al croata Davor Suker; la de Newell´s, cuando nadie lo quería tras un receso obligado por problemas con las sustancias no permitidas; para volver al Xeneize y ponerle punto final a su exitosa carrera deportiva. Ah, también falta la albiceleste, la de la Selección Argentina, claro.
Dicen que goles: son amores. Y el los hizo de todos los colores, con la camiseta de cada uno de los equipos que representó. Mirá el repaso de sus mejores tantos, y algunos lujos, curiosidades y gambetas al por mayor, en dos videos que reflejan la vida de un jugador único en la historia.
Otra de nuestras glorias. Sus primeros palotes como futbolista los hizo en Sportivo Boedo y luego en el Club Mitre. En Huracán debutó en 1921, a los 18 años, en un partido disputado con el Club del Plata.
Compañero de Masantonio y Stabile, integra nuestros equipos más gloriosos, desempeñándose como wing (puntero) izquierdo.
En el profesionalismo con Huracán, entre 1931 y 1933, participó en 47 partidos y convirtió 7 goles.
Defendió la divisa nacional en 14 oportunidades y con ella marcó 5 goles.
Formó parte, como uno de los refuerzos, de la histórica gira de Boca por Europa en 1925.
En 1924, la FIFA modificando los reglamentos, autoriza el gol directo desde el corner y Onzari es el primer jugador en convertir un gol pateando desde el corner y sin que la pelota la toque a otro jugador se introduzca en el arco.
Este inusual gol lo convierte el 2° de Octubre de 1924, a los 15 minutos del primer tiempo en un partido amistoso disputado en la cancha de Sportivo Barracas, a los uruguayos por entonces últimos campeones Olímpicos y de allí, que tal conversión se la conozca como «Gol Olímpico».
En su homenaje y recuerdo, un sector de la platea Miravé del estadio Tomás A.Ducó luce su nombre.
Quedó inmortalizado en el tango que lleva su nombre y fuera compuesto por Mariano García y Francisco Rofrano. Su vida se apagó un 7 de enero de 1964.
Hace 40 años, Huracán llegaba bien alto. Lograba un título que quedó en la memoria de todos los futboleros. Jugaba y gustaba, de local y visitante.
El 16 de septiembre de 1973, Huracán se consagraba campeón del Torneo Metropolitano. César Luis Menotti , el entrenador, formó un equipo inolvidable y sentó los cimientos de su ideología futbolística. Parque Patricios fue testigo del brillo de estos futbolistas. De aquí en más se convirtieron en ídolos quemeros.
A pesar de que aquella tarde el “Globo” perdió con Gimnasia de La Plata en el Ducó, las novedades que llegaban desde Liniers eran positivas. Vélez le ganaba a Boca Juniors, el escolta y le permitía a la “Quema” alcanzar el objetivo. Era el día más feliz de su historia.
Pasaron cuarenta años de este suceso pero dejaron un recuerdo de fantasía, con figuras en todas las líneas. El dueño del arco fue Héctor Roganti, la defensa se hizo respetar con Chabay, Buglione, Basile y Carrascosa. Los encargados de armar el juego eran Russo, Brindisi y Babington. En este contexto el desequilibrio lo lograba un jugador de características diferentes, René Houseman tenía gambeta y una velocidad que asombraba en todas las canchas. Las jugadas terminaban con los goles que hacían Omar Larrosa y Roque Avallay. En esta etapa el club fue proveedor de jugadores para la Selección de los mundiales de Alemania 74 y Argentina 78.
Este conjunto marcó al mundo “Quemero” en la década del 70’. Logró el título en el 73’, llegó a las semifinales de la Copa Libertadores de 1974 y obtuvo los subcampeonatos del 75’ y el 76’.
El plantel se acomodó entre glorias de la institución como Guillermo Stábile, Cesáreo Onzari, Jorge Alberti, Herminio Masantonio, Juan Estrada, Ángel Chiesa, Norberto Méndez y Emilio Baldonedo, entre otros.
La admiración se hizo extensiva hacia hinchas de otros cuadros. Obtuvieron el respeto y la admiración de todos los futboleros. Dejaron una marca y un recuerdo imborrable en nuestro fútbol.
Es el máximo artillero en la historia de Boca Juniors en la era profesional con 180 goles y el único sobreviviente de la primera final de un mundial, la de Uruguay de 1930. A los 94 años, don Pancho sigue viviendo el fútbol con la misma pasión que tenía en sus épocas de pantalón corto y camiseta ajustada.
En la oscura noche del 2 de diciembre de 1939 la cancha de Chacarita Juniors fue testigo del ocaso de un grande: aquel día Boca enfrentó a Ferro Carril Oeste y Pancho Varallo, de tan sólo 29 años, se despidió como jugador del deporte que tantas alegrías le había dado a lo largo de su juventud. Una dolorosa lesión en los meniscos fue culpable de que la hinchada xeneize se quedara sin gritar las repetidas anotaciones del incansable centroforward. Ese día, sin embargo, se despedía el jugador pero nacía la leyenda, aquella que aseguraba que sus potentes remates eran el peor veneno para los arqueros de la década del 30.
Francisco Varallo nació en La Plata el 5 de febrero de 1910 y, desde muy joven, comenzó su romance con la pelota en un pequeño club llamado 12 de Octubre, el mismo en donde anteriormente se habían desempeñado su padre y sus tíos. Cuando aquella institución quedó demasiado pequeña para las aspiraciones del joven Varallo, Gimnasia y Esgrima de la Plata lo incluyó en sus filas y, a los 18 años, debutó en primera.
En 1929 fue campeón con el club platense de la Liga Amateur y, un año más tarde, viajó con la Selección Argentina a Uruguay para disputar el primer campeonato mundial. La escuadra nacional logró llegar hasta la final, que debía disputarse en el estadio Centenario contra los locales. El día previo al definitorio encuentro Pancho, de 19 años, fue revisado por un médico uruguayo, el doctor Campistegui -hijo del presidente oriental- debido a una fuerte dolencia. El médico aconsejó que Varallo no jugara el partido, pero la delegación argentina desconfió del diagnóstico de Campistegui y el centrodelantero ingresó entre los once titulares.
Sin embargo, a los quince minutos del primer tiempo Pancho apenas podía correr y tampoco podía ser reemplazado, ya que en aquella época no existían los cambios. Finalmente, la Argentina perdió por 4 a 2 y, 70 años más tarde, Varallo todavía conserva un amargo recuerdo: «Nos ganaron de guapos, porque nosotros éramos superiores y jugábamos mejor. Esa final la teníamos casi ganada y se nos escapó de las manos. Todavía tengo mucha bronca», declaró hace pocos años.
Con la llegada del fútbol profesional en 1931, se concretó el pase de Varallo a Boca Juniors por una alta suma de dinero para los tiempos que corrían. La expectativa del pueblo boquense era inmensa y Varallo no decepcionó: al finalizar el año Boca se transformó en el primer campeón del profesionalismo y «Cañoncito» -como ya empezaba a conocerse a Varallo- fue el máximo goleador de la escuadra xeneize con 27 conquistas.
A partir de allí la carrera deportiva del delantero iría aumentando vertiginosamente. Su estampa de ídolo se afianzaría nuevamente en 1933 cuando resultó goleador del torneo, y en 1934 y 1935 cuando Boca Juniors, comandado por los goles de Varallo, logró convertirse en el campeón argentino en forma consecutiva.
El resto de la década del 30 siguió siendo testigo de los repetidos gritos de gol de Pancho, hasta que aquella noche de 1939 su físico le dijo «basta». El saldo que dejó su carrera es uno de los más envidiados por cualquiera que haya vestido la casaca azul y oro: con 180 goles a lo largo del profesionalismo en 209 partidos es el máximo anotador en la historia de Boca Juniors, un héroe con todas las letras.
La AFA oficializó esta noche el listado de ganadores de todas las competiciones nacionales entre 1900 y la actualidad, en la que se incluyeron 87 copas desde el amateurismo hasta la última Supercopa 2012 ganada por Arsenal de Sarandí.
De esta manera la lista de ganadores quedó liderada por Racing Club con 12, seguido por Boca Juniors (11), Independiente (9), Alumni (8) y River Plate (7).
El listado incluye el período Amateur (1900-1934) y el Profesionalismo (1931 a la actualidad). Racing, el líder de la lista, ganó nueve de sus doce copas en el amateurismo. Huracán quedó sexto con 6 títulos, uno más que Rosario Central, CASI, el hoy popular club de rugby, quedó con cuatro, y otros como Newells y Rosario Athletic quedaron con 3.
Además aparecen con dos galardones Belgrano Athletic, Porteño y Estudiantes de La Plata y con uno Quilmes, Estudiantes de Buenos Aires, Banfield, Gimnasia La Plata, Atlanta, Central Córdoba, Nueva Chicago, Tiro Federal, Sportivo Barracas, Sportivo Balcarce, San Lorenzo, San Martín de Tucumán y Arsenal.
Todavía resta definirse qué sucederá con los torneos con formato de liga, como el actual Inicial, de la época amateur que podrían sumarle títulos a unos cuantos.
Epoca Amateur (1891-1934):
Tie Cup Competition 1900 Belgrano Athletic
Tie Cup Competition 1901 Alumni
Tie Cup Competition 1902 Rosario Athletic
Tie Cup Competition 1903 Alumni
Tie Cup Competition 1904 Rosario Athletic
Tie Cup Competition 1905 Rosario Athletic
Copa de Honor MCBA 1905 Alumni
Tie Cup Competition 1906 Alumni
Copa de Honor MCBA 1906 Alumni
Copa Jockey Club 1907 Alumni
Copa de Honor MCBA 1907 Belgrano Athletic
Copa Jockey Club 1908 Alumni
Copa de Honor MCBA 1908 Quilmes Athletic Club
Copa Jockey Club 1909 Alumni
Copa de Honor MCBA 1909 Club Atlético San Isidro
Copa Jockey Club 1910 Estudiantes de Buenos Aires
Copa Jockey Club 1911 Club Atlético San Isidro
Copa de Honor MCBA 1911 Newell`s Old Boys
Copa de Honor MCBA 1912 Racing Club
Copa Jockey Club 1912 Club Atlético San Isidro
Copa Jockey Club 1913 Club Atlético San Isidro
Copa de Honor MCBA 1913 Racing Club
Copa “La Nación” 1913 Rosario Central
Copa Carlos Ibarguren 1913 Racing Club
Copa Jockey Club 1914 River Plate
Copa Carlos Ibarguren 1914 Racing Club
Copa “La Nación” 1914 Independiente
Copa Jockey Club 1915 Porteño
Copa Carlos Ibarguren 1915 Rosario Central
Copa de Honor MCBA 1915 Racing Club
Copa de Honor MCBA 1916 Rosario Central
Copa Jockey Club 1916 Rosario Central
Copa Carlos Ibarguren 1916 Racing Club
Copa Jockey Club 1917 Independiente
Copa de Honor MCBA 1917 Racing Club
Copa Carlos Ibarguren 1917 Racing Club
Copa Jockey Club 1918 Porteño
Copa de Honor MCBA 1918 Independiente
Copa Carlos Ibarguren 1918 Racing Club
Copa Jockey Club 1919 Boca Juniors
Copa Carlos Ibarguren 1919 Boca Juniors
Copa de Honor MCBA 1920 Banfield
Copa Estímulo 1920 Huracán
Copa Asociación Amateurs 1920 Rosario Central
Copa Carlos Ibarguren 1920 Tiro Federal de Rosario
Copa Carlos Ibarguren 1921 Newell`s Old Boys
Copa Jockey Club 1921 Sportivo Barracas
Copa Carlos Ibarguren 1922 Huracán
Copa Carlos Ibarguren 1923 Boca Juniors
Copa Carlos Ibarguren 1924 Boca Juniors
Copa Asociación Amateurs 1924 Independiente
Copa Carlos Ibarguren 1925 Huracán
Copa Jockey Club 1925 Boca Juniors
Copa Asociación Amateurs 1925 Independiente
Copa Asociación Amateurs 1926 Independiente
Copa Estímulo 1926 Boca Juniors
Copa Competencia 1931 Sportivo BalcarceEpoca Profesional (1931-2012):
Copa Liga Argentina 1932 River Plate
Copa de Honor “Beccar Varela” 1932 Racing Club
Copa Jockey Club 1933 Nueva Chicago
Copa Competencia 1933 Racing Club
Copa de Honor “Beccar Varela” 1933 Central Córdoba (R)
Copa Carlos Ibarguren 1937 River Plate
Copa Carlos Ibarguren 1938 Independiente
Copa Carlos Ibarguren 1939 Independiente
Copa “Adrián Escobar” 1939 Independiente
Copa Carlos Ibarguren 1940 Boca Juniors
Copa “Adrián Escobar” 1941 River Plate
Copa Carlos Ibarguren 1941 River Plate
Copa Carlos Ibarguren 1942 River Plate
Copa “Adrián Escobar” 1942 Huracán
Copa “Adrián Escobar” 1943 Huracán
Copa “Gral Ramírez” 1943 San Lorenzo
Copa Carlos Ibarguren 1944 Boca Juniors
Copa “Gral Ramírez” 1944 San Martín de Tucumán
Copa Competencia-Británica 1944 Huracán
Copa “Adrián Escobar” 1944 Estudiantes de La Plata
Copa “Gral Ramírez” 1945 Estudiantes de La Plata
Copa Competencia-Británica 1945 Racing Club
Copa Competencia “George VI” 1946 Boca Juniors
Copa “Adrián Escobar” 1949 Newell`s Old Boys
Copa Carlos Ibarguren 1952 River Plate
Copa Suecia 1958 Atlanta
Copa Argentina 1969 Boca Juniors
Torneo Centenario de la AFA1993 Gimnasia y Esgrima (LP)
Copa Argentina 2012 Boca Juniors
Supercopa Argentina 2012 Arsenal Fútbol Club.Fuente Télam
Ariel Ortega, que alguna vez en el Mundial del ’98 anduvo cerca de ser el mejor jugador del mundo, se despidió del fútbol y de River en una tarde de gloria y de recuerdos que exaltó los valores más amados del deporte. La idolatría y la gratitud entraron por los ángulos con los tiros en comba que el Burrito sabía colocar en el final amarillo de las tardes, con el puntillismo de quien decora una torta con una curva de crema. Y es justo ese final, no solamente por el crack sino también por la gente. Los ídolos como Ariel Ortega suelen rodar en un amasijo de laurel y de barro que les priva y les devuelve, como los éxitos y las frustraciones, el amor de sus hinchas. Tardes de no se sabe qué le pasó que ni siquiera vino, y otros domingos de romper encerronas contra los banderines quebrando la cintura, pulverizando la lógica, dejando impávidos a los defensores.
La multitud en un rumor que desaprueba al ídolo que le da la espalda con sus contradicciones o se emociona hasta las lágrimas porque de tiro libre, de comba por afuera de la barrera, deja caer la gota blanca donde la mano del arquero es incapaz de atraparla. En 1998 la Selección hizo un buen Mundial dirigida por Pasarella. La derrota, con la que Ortega se relacionó dolorosamente por aquel cabezazo al arquero que le valió la expulsión, frustró los sueños de campeonato y dejó en el purgatorio para siempre una actuación vapuleada por la crítica. Esa tarde, si Argentina vencía, eso pudo suceder de principio a fin, el gran protagonista era Ortega y los papeles que pasaban por los pupitres de los periodistas para elegir al mejor jugador eran retirados con su nombre en el primer lugar.Sin embargo, Ariel lo arruinó todo; quizás teniendo razón en la jugada que precipitó su reacción pocos recuerdan lo cerca que estuvo de la mayor consagración. Con Ortega en la cancha era otro gallo y no el francés el que cantaba en la final de París, sigue pensando el firmante. Fue Ortega un alfil inesperado de la derrota exigua del final, el culpable más a mano que se podía encontrar para justificar el desencanto de aquella tarde de Marsella. Pero el exabrupto le fue perdonado, como siempre, hasta por el propio Passarella, de curiosa relación padre-hijo deportivo con el singular jujeño. Fue con el técnico con el que empezó; fue con el que vivió lo del ’98 y fue con Daniel como presidente que se despidió como un gran jugador y como una especie de último de los mohicanos, título por el que compite con Riquelme. No hay más de esos tipos, y difícilmente los haya. Para ser Ortega, Riquelme, Bochini, Alonso, hay que ser especial. No alcanza con genio y personalidad. Tienen que macanear un poco, desafiar lo convencional, portarse mal a veces y reaparecer tapándole la boca a todo el mundo, con una tarde en la que los duendes de las artes entrelazan las manos para celebrarse.El fútbol les sale fácil, la vida les cuesta un poco más en su homérico caminar: parecen estar en manos de dioses que los digitan, y los llevan de las axilas bebiendo gloria o los aturden en el polvo de las derrotas humanas. Víctimas y victimarios que se alternan en los roles son las preciosas obras de un periodismo que los vende en el éxito y la frustración con el mismo goce. Llegan pibes, enamoran a las tribunas tempraneras, cubren la tapa de las revistas y mientras los otros escaladores se conforman con llegar a esa meseta de la mayoría, ellos siguen hacia otras alturas, que marean y desafían.Hasta que un día sonríen y se van para siempre con el secreto de su arte, con la fórmula no escrita que unos pocos conocen. Se van con el brazo en alto, con una sonrisa que esconde la tristeza. Iluminados por un sol dentro del que ellos sabían flotar en la irrealidad de las tardes de las hazañas. Este cronista no recuerda haber hablado con Ortega. Pero quisiera encontrarlo una sola vez y decirle gracias. Los héroes hacen a los relatores. Los provocan y los pulen. Les hacen creer que el gol lo hicieron ellos.Por: Víctor Hugo Morales
El mediodía del 5 de Julio de 1997 tuvo al país futbolero en vilo, una final rioplatense, como la de 1930 volvía a repetirse. En este caso en un mundial para menores de veinte años.
A la cabeza de una generación excepcional, José Pekerman no dejó pasar la ocasión de conquistar su segundo título mundial desde su desembarco en los juveniles en 1994. Mentor de un equipo bien dotado técnica y con algunos “atorrantes” que todavía despuntaban con la picardía del baldío, fue el más regular y el más talentoso del campeonato.
Con una defensa invulnerable dirigida por Diego Placente y Walter Samuel, pero sobre todo con un mediocampo de ensueño compuesto por Esteban Cambiasso, Diego Markic, Juan Román Riquelme y en última instancia por el creador Pablo Aimar, los albicelestes supieron desarrollar todas las piezas de aquel gran equipo que en los años subsiguientes como éxito rutilante enriqueció al seleccionado mayor.
Uno tras otro argentina fue sorteando escollos hasta la mencionada final ante los Charrúas. Hungría, Canadá, Inglaterra, Brasil, República de Irlanda y Uruguay sucumbieron ante “el equipo de José”.
El recordado 2 a 1 ante la Celeste de Victor Púa en Estadio Shah Alam, Kuala Lumpur con los tantos de Cambiaso y Quintana significó el tercero de seis títulos que enorgullecen las vitrinas de la AFA en la categoría.
Los campeones:
Leonardo FRANCO, Leandro CUFRE, Walter SAMUEL, Juan SERRIZUELA, Esteban CAMBIASSO, Diego MARKIC, Juan RIQUELME, Bernardo ROMEO, Pablo AIMAR, Diego PLACENTE, Lionel SCALONI, Diego QUINTANA, Pablo RODRIGUEZ, Cristian MUNOZ, Fabian CUBERO, Martin PEREZLINDO, Nicolas DIEZ, Sebastian ROMERO.
Hoy, 4 de julio de 2013, se cumplen 20 años del último título conseguido por el seleccionado argentino de fútbol: la Copa América 1993. Disputada en aquella oportunidad en Ecuador, el combinado albiceleste se impuso en la final a México por 2 a 1 y retuvo el trofeo que había obtenido en Chile 1991.
Con los goles de Gabriel Batistuta en el partido decisivo y las atajadas de Sergio Goycoechea en las definiciones por tiros desde el punto del penal de los cuartos, ante Brasil, y de la semifinal, ante Colombia, el equipo dirigido en ese entonces por Alfio Basile logró su tercer título en 7 años: Mundial México 1986, Copa América Chile 1991 y Ecuador 1993. Esa etapa gloriosa incluyó también un subcampeonato en Italia 1990.
La primera fase se organizó con tres grupos de cuatro equipos cada uno. Argentina integró el C y clasificó compartiendo el primer lugar con Colombia, ambos con 4 unidades. En el debut venció a Bolivia por 1 a 0 con gol de Batistuta y luego empató los otros dos encuentros 1 a 1 (México, gol de Ruggeri, y Colombia, gol de Simeone).
En los cuartos de final se midió con Brasil y tras igualar 1 a 1 con los goles convertidos por Leo Rodríguez y Müller, definió por penales. Allí no falló ningún argentino y en el sexto remate de los brasileños, Goycoechea le contuvo el disparo a Boiadeiro, decretando el pase a la siguiente fase. En semifinales llegó nuevamente el turno de jugar con Colombia y el marcador reflejó un empate sin goles. Otra vez en los penales se lució el Goyco, deteniendo el tiro de Aristizábal para sellar la clasificación a la final.
El encuentro decisivo fue ante México, equipo integrante de la CONCACAF, confederación que participaba por primera vez en la Copa América. En 11’ se convirtieron los tres goles: abrió el marcador el Bati, rápidamente lo empató Galindo para el Tri y nuevamente Batistuta puso en ventaja a la Albiceleste, que debió sufrir hasta el final para poder gritar campeón.
El movimiento de Batistuta en el área para enganchar y definir de zurda al palo más lejano en el segundo gol de la final, la imagen de los jugadores aplaudiendo con sus medallas colgadas y el momento en el que Ruggeri, capitán de aquel equipo, levanta la Copa con los puños bien apretados son las postales de un logro que aún hoy, y más allá del paso del tiempo, todavía emocionan y demuestran que 20 años no son nada.
El 4 de junio de 1931, Boca convirtió su primer gol en el fútbol profesional. El cordobés Florentino Vargas tuvo el honor de inscribir su nombre en la historia grande de Boca. Fue en la derrota por 3-2 ante Gimnasia, en La Plata, por la segunda fecha del campeonato que terminó en manos del Xeneize.
Vargas, que llegó de Instituto, hizo el gol a los 20 minutos del segundo tiempo, cuando su equipo perdía por 2-0. Luego, a un minuto del cierre, marcó el segundo de su cosecha personal. No alcanzó. Recién en la tercera jornada, Boca pudo festejar su primera victoria en el fútbol rentado: 5-1 a Quilmes.
El paso de Vargas por Boca fue breve pero rendidor. Disputó 13 partidos y convirtió 10 goles. “Mis compañeros no me pasaban la pelota”, argumentó. Entonces armó sus valijas y regresó a Córdoba. “Los hinchas me querían pero el titular era Cherro, que era el ídolo”, se excusó.
Vargas se fue pero dejó una huella. Porque hizo el primer gol, y también porque integró el plantel del primer campeón del fútbol profesional. El recordado Boca que conducía Mario Fortunato y que festejó el título tras 22 victorias, 6 empates y 6 derrotas.
Era la final de la libertadores, jugaban River plate y Peñarol de Montevideo. La primera final se juega en el Estadio Centenario el 14 de mayo de 1966, donde con goles de Abbadie y Joya en el último cuarto de hora, Peñarol logra la victoria por dos a cero.
El equipo aurinegro sale a la cancha con: Mazurkiewiez, Lezcano, Díaz, Forlán, Gonçalvez, Caetano, Abbadie, Cortés, Silva, Rocha y Joya.
River Plate juega con: Carrizo, Guzmán, Vieytes, Sainz, Bayo, Matosas, Cubilla, Sarnari, Loayza, D. Onega y Solari.
El 18 de mayo en Nuñez se juega la revancha, en un clima absolutamente anormal y prefabricado, donde gana River por 3 a 2, con dos goles de Ermindo Onega y uno de Sarnari para River Plate, mientras que para los manyas anotaron, Rocha y Joya. Este partido dejo un sedimento amargo para los aurinegros, jugadores, dirigentes y los numerosos hinchas que cruzaron el charco para presenciar este encuentro. Los incidentes estuvieron a la orden del día, cinco mil personas se instalaron al borde mismo del campo de juego en improvisadas tribunas, jugándose el partido en un clima totalmente enrarecido. No hay garantías para los jugadores uruguayos, e incluso los agentes del orden festejan los goles en forma ostensible. Finalizado el partido siguen las agresiones para los aficionados, e incluso para los jugadores en la puerta del Hotel Alvear, donde se hospedaba la delegación carbonera.
Los dos equipos viajan a Santiago de Chile para disputar el encuentro final definitivo. El director técnico del Real de Madrid, una vez más campeón de Europa, indica después de ver el partido de Buenos Aires que «Peñarol es más lento y le gustaría de rival», no sabiendo en ese momento lo que le esperaría un tiempo después.
El 20 de mayo de 1966 el Estadio Nacional de Santiago que otras veces fue una tumba para las aspiraciones aurinegras, asiste a -quizás después de Maracaná- la mayor hazaña del fútbol uruguayo. Y Montevideo se vistió de fiesta, con un festejo que desde el 50 no se había visto con tanta emoción y euforia. También el público chileno que colmaba el estadio, aplaude a rabiar la consagración.
River Plate ganaba dos a cero en el primer tiempo, y casi todo el mundo lo daba como partido liquidado, pero estaba el manya en la cancha. Amadeo Carrizo, el famoso golero argentino, se «sobra» y le ataja una pelota a Spencer parándola con el pecho. Y ahí aparece, ante esa «mojada de oreja», la tradicional garra del equipo aurinegro, y en media hora apabulla a los argentinos, pasando de dominado a dominador, empatando el partido con goles de Spencer y Abaddie.
Había que jugarse la media hora de alargue, y Peñarol ya es un aluvión que le camina por arriba a River Plate, y con goles de Spencer y Rocha, el manya logra el increíble 4 a 2, y un reiterado grito atravesó la cordillera hasta Montevideo: Peñarol Campeón de América!!!
La sensacional hazaña es destacada y reconocida por la prensa de América del Sur que saluda eufórica el triunfo aurinegro, «River se ahogó en la sangre charrúa», «Clarín» de Santiago agrega: «Garra uruguaya acogotó a River», «El Mercurio»: «Volvió el fútbol uruguayo, ha ofrecido una de sus celebradas hazañas», «La Nación» de Buenos Aires: «Peñarol sacó de la galera un triunfo increíble».
En definitiva, el manya se quedó con la copa, y River Plate, a partir de ahí se ganó un mote que lo acompañará por siempre, el de gallinas, impuesto por sus clásicos rivales, Boca Juniors.
José Manuel «Charro» Moreno Fernández (Buenos Aires, Argentina, 3 de agosto de 1916 — Merlo, Argentina, 26 de agosto de 1978), jugador argentino de fútbol que formó parte de la célebre delantera de River Plate de los años 40 conocida como La Máquina. Estuvo casado con la actriz argentina Pola Alonso.
El «Charro» Moreno es una de las figuras cumbre del fútbol argentino y uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, la IFFHS lo ubica como el 4º mejor jugador sudamericano del siglo XX, sólo superado por Pelé, Maradona y Di Stefano. Es el único jugador en la historia del fútbol mundial que salió campeón en cuatro países distintos (Argentina, México, Chile y Colombia).
El Charro Moreno jugaba de «Insider derecho», lo que hoy conocemos como mediocampista ofensivo. Figura convocante para la gente y con ascendencia sobre sus compañeros el «Charro» Moreno fue un jugador de notables condiciones técnicas, habilidoso, creador, armonioso en sus movimientos, ingenioso, con capacidad de definición y cabeceador formidable, se adaptaba a cualquier sistema por su ductilidad, además de impactar con su figura.
Biografía
Primera División…
Asomó en River Plate en una gira que realizó el equipo en 1934, con sólo 18 años. Se afirmó como titular en 1936 junto a Adolfo Pedernera, ambos en posiciones extrañas a aquellas por las que quedaron en la historia. Formaban el ala izquierda de un formidable ataque millonario que integraban con Carlos Peucelle (puntero derecho), Renato Cesarini (entreala derecho) y Bernabé Ferreyra (centrodelantero). Permaneció en River Plate 9 temporadas y ganó los campeonatos argentinos de 1936, 1937, 1941 y 1942…..
La Máquina de River nació bajo el talento táctico de Carlos Peucelle, quien diseñó un equipo en el que todos defendían y todos atacaban. Moreno se destacó por su capacidad táctica y estratégica, por su juego de cabeza y su capacidad goleadora. La delantera la formaban Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. En realidad jugaron juntos sólo 18 partidos, los cuales fueron suficientes para quedar inscriptos en un lugar de honor en la historia del fútbol. Moreno era el más popular de los cinco, y probablemente también el más bohemio y juerguista……
En 1944 se fue a México para integrar el Club España, de ese país. Allí jugó con Isidro Lángara, ganó el campeonato de 1946 y tuvo un éxito notable, lo que le significó que a su regreso se le diera el mote de Charro.
Se reincorporó a River en 1946, a su vuelta se vivió una jornada de fiesta popular que excedió los límites de la hinchada de River. Campeón otra vez en 1947, ya con Di Stéfano como centrodelantero, volvió a emigrar tras la huega de jugadores de 1948……..
En 1949 se fue a Chile, donde deslumbró en la Universidad Católica. Volvió ya en el ocaso de su carrera para jugar brevemente en Boca Juniors formando la delantera: González, Moreno, Ferraro, Campana y Busico. En 1951 fue otra vez a Chile y luego a Defensor Sporting de Montevideo. Hizo una nueva escala en Buenos Aires para jugar 15 partidos en Ferro. Luego de pasó al Independiente Medellín, donde su último partido lo jugó en 1961, a los 44 años, para el equipo colombiano -que también dirigía-, en un amistoso ante Boca Juniors: ganaron 5 a 2 con dos goles suyos. Cinco minutos antes de finalizar el partido, sin anticipar ni avisar nada, levantó los brazos, saludó al público y se fue. Era el fin de la carrera de un grande de todos los tiempos.
Entre quienes lo vieron jugar hay muchos que le consideran el mejor jugador de todos los tiempos, por encima incluso del laureado Maradona. Pese a lo poco que se cuidó, Moreno consiguió que su carrera fuese de las más largas del fútbol argentino.
Moreno vivió sus últimos años en la localidad de Merlo y dirigió al Deportivo Merlo en la divisional C en 1977 y 1978. Tras su muerte, el 26 de agosto de 1978, el estadio fue bautizado en su nombre y el equipo comenzó a conocerse como “Los Charros”.
Selección Nacional
A poco tiempo de su debut fue convocado a la Selección Argentina. En esta, jugando de entreala izquierdo, formó una pareja de inolvidable calidad y jerarquía con el Chueco Enrique García. Integró la notable Selección de fútbol de Argentina de los años 1940 con la que ganó tres Copas América: 1941, 1942, y 1947.
Curiosidades
* A pesar de ser un referente indiscutido del equipo de Nuñez (y probablemente el mejor jugador de su historia), el Charro confesó públicamente su fanatismo por Boca Juniors, el eterno rival. De hecho llego a decir que «por cuestiones de la vida le había tocado jugar y triunfar en la otra vereda», pero que finalmente pudo sacarse las ganas. Una cosa no quita la otra
* Moreno paso por los equipos grande de cada país sudamericano donde estuvo. Argentina: River Plate y Boca Juniors. Chile: Universidad Católica.
* Moreno convirtió el gol número 500 en la historia de la Copa América ante Ecuador en 1942.
* En ese mismo partido, convirtió 5 goles. Un logro que sólo consiguieron 4 jugadores en la historia de la Copa América: Héctor Scarone (Uruguay), Juan Marvezzi (Argentina), Evaristo (Brasil), y Moreno.
* Los cinco goles de Moreno redondearon un resultado de 12 a 0 contra Ecuador, que es hoy en día la mayor diferencia de gol en un partido de Copa América.
* Goleador del Campeonato Sudamericano 1942 con 7 goles, junto con Herminio Masantonio.
* Elegido mejor jugador del torneo en el Campeonato Sudamericano 1947
* Comparte el quinto puesto en la tabla histórica de goleadores de la Copa América con 13 goles.
* Su paso por Universidad Católica es considerado el más alto realizado por un futbolista extranjero en el fútbol profesional chileno.
* También fue DT en Boca Juniors.
* Nombrado por la Asociación de Estadísticas de la FIFA como el cuarto mejor Jugador Sudamericano del Siglo XX, sólo por detras detrás de Maradona, Pelé y Di Stéfano .
* Fue la primera persona en ser jugador y técnico de Boca Juniors y de River Plate.
* De entre las muchas anécdotas que se cuentan de él se destaca ésta: en 1961, ya retirado, dirigía como entrenador al Independiente de Medellín, que perdía por uno a cero frente a Boca Juniors. Moreno, que había cumplido 45 años, se vistió de corto, saltó a la cancha y dio vuelta el encuentro con dos goles de su autoría.
* Armando Pontier le dedicó el tango A José Manuel Moreno