Cuando se conectaron el Burrito Martínez, Juan Román Riquelme y Sánchez Miño, el Xeneize exhibió un caudal de juego muy interesante.
Juan Manuel Martínez recibió la pelota unos metros por delante de la mitad de la cancha contra la banda derecha. Se sacó tres hombres de encima con una de esas gambetas que en su momento lo llevaron a la Selección, encaró hacia el medio y descargó para Juan Román Riquelme. El enganche, filoso, verticalizó el juego para Nicolás Blandi y fue a buscar el último ladrillo que construía la pared. Pero el delantero punteó la bola hacia el costado, donde apareció nuevamente el Burrito, omnipresente, para dejarle servida la definición a Emanuel Insúa, que apareció por sorpresa como indican los manuales del lateral izquierdo. Un golazo para ganarle a Atlético de Rafaela. Pero, por sobre todas las cosas, la muestra más contundente de lo alta que puede poner la vara este Boca cuando los nombres están a la altura de las expectativas.
Más allá de los chispazos de buen fútbol, como el de la jugada que marcó el 2-1 final o esa asistencia deliciosa de Riquelme para Martínez en la primera etapa, la victoria del Xeneize sobre la Crema vale más desde el aspecto anímico que del deportivo. Porque, aunque el triunfo fue merecido, no lució el conjunto de Carlos Bianchi. Le costó mucho encontrar juego asociado, en especial en el primer tiempo. A punto tal que si no hubiera sido por la insólita acción entre el arquero Conde y Bastía, no parecía haber un camino lógico para que Boca se pusiera en ventaja.Incluso, si el rival hubiera tenido un poco más de fuste, tal vez otro hubiera sido el cantar en la Bombonera. Porque a este Xeneize todavía es demasiado fácil lastimarlo. La espalda de Marín es terreno fértil para cualquier delantero que quiera sembrar peligro y si el conjunto santafesino no lastimó más por ese sector fue solamente por limitaciones propias. Además, Burdisso sigue sin entregar garantías, tanto a la hora de jugar la pelota como en el mano a mano con los atacantes. Y la presencia de Ribair en la mitad de la cancha, en lugar de ser una ayuda para la última línea, volvió a contribuir a la sensación general de endeblez. Claro que después aparece un Riquelme para meter un pase de esos que sólo él ve, un Martínez que rompe una defensa en dos quiebres de cintura o un Sánchez Miño que cuando se enchufa muestra todo su potencial y la historia cambia. De que eso se repita dependerá que los miedos de la tribuna sigan mutando en ilusiones.EN ASCENSO“Fuimos mejorando, venimos en ascenso y vamos de menor a mayor en las tres fechas del campeonato.”Juan Manuel MartínezDOMINAMOS“De local tenemos la obligación de ganar, atacar y ser siempre protagonistas. Lo dominamos y pudimos ganar.”Agustín OrionNo duró ni un segundoRafaela entró con demora y Burruchaga ni llegó a sentarse al banco. Con decepción, se fue expulsado por Delfino.Arriba y abajoRIBAIR RODRÍGUEZParece poco su esfuerzo para lo que necesita un equipo como Boca con marcada vocación ofensiva. Con el ingreso de Erbes, mejoró el mediocampo local y el equipo lo sintió.Pablo LedesmaEl motor derecho al que apuesta Boca, de a poco se va encendiendo. Ayer incluso rindió cuando quedó como mediocampista central, cuando Erbes remplazó a Ribair Rodríguez.Germán DelfinoHubo análisis de todo tipo por las actuaciones arbitrales que dirigieron a Boca en las primeras fechas. Pese a estar bajo la lupa, estuvo atento y acertó en las jugadas dudosas.ADRIÁN BASTÍAExperimentado en defender, el Polaco recibió de espaldas al borde del área y demostró que lo suyo no es el buen trato del balón. El arquero evitó el gol, pero Riquelme aprovechó el error.