La Academia lo perdía por un gol de Caneo a los 40′ iniciales, pero en el arranque del complemento el juvenil Dinneno estableció la igualdad. Los locales tuvieron las más claras que no fueron precisos en la definición, mientras que Racing se mostró conforme con el punto obtenido.
Quilmes fue más que Racing Club pero no pasó hoy del empate (1-1) en el sur del Gran Buenos Aires, en un partido por la 16ta. fecha del torneo Inicial de fútbol.
Miguel Caneo, a los 40 minutos del primer tiempo, puso en ventaja al equipo local; mientras que Juan Ignacio Dinneno, a los 2m. del segundo período, decretó la igualdad para el conjunto de Avellaneda.
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Fuente: Télam
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El equipo de Bianchi superó a Arsenal por 1 a 0 con gol de Walter Erviti y de esta manera logró su tercera victoria en el campeonato. Con este resultado el Xeneize se escapó momentáneamente del fondo de la tabla. Riquelme volvió a ser titular y fue el jugador mas determinante del partido.
En la primera mitad el local de la mano de su enganche, que estuvo muy enchufado, tuvo las situaciones mas claras de la etapa en los pies del debutante Di Franco y Sánchez Miño. En el cierre de la etapa Delfino, a instancias de su asistente, le anuló lo que era un gol genuino a Furch.
En el inicio de la segunda parte el colegiado optó por no cobrar dos jugadas que la gente de Boca pidió penal y se despertó mucha polémica. El DT Xeneize mandó a Ledesma y Acosta a la cancha y el conjunto boquense siguió generando las situaciones mas claras hasta que a los 30 minutos de la segunda mitad Riquelme y el mismo “Laucha” armaron una buena jugada por la derecha que terminó con el gol de Erviti.
El cierre fue con un Riquelme manejando la pelota y un Boca a punto de aumentar. El mismo diez estuvo a punto de marcar el 2-0 de no haber sido por una excelente tapada de Campestrini.
Con esta victoria el equipo de Bianchi alcanzó los 17 puntos y -entre semana viajará a Catamarca para medirse ante All Boys por Copa Argentina- terminará ante el Tomba en Mendoza. Los del viaducto se quedan con 26 puntos y cerrarán su participación en el Final 2013 ante el propio Albo en Floresta.
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Con dos de Scocco, goleador del torneo, y uno de Pablo Pérez, Newell’s se lo dio vuelta a Godoy Cruz, que ganaba con gol de Óbolo y vuelve a ser puntero del torneo. Ahora va por la Copa ante Vélez.
A los 23 de la primera parte, Mauro Óbolo puso el 1 a 0 para Godoy Cruz y tres minutos después, Ignacio Scocco de tiro libre marcó el empate mediante un tiro libre que se desvió en Castillón.
En el segundo tiempo, la Lepra salió decidido se encontró con un gran Ibáñez, que le sacó el gol a Tonso.
Pero a los 22, Pablo Pérez capturó un centro, el remate se desvió en Nico Sánchez y descolocó a Ibáñez para el 2 a 1 de los de Martino.
Tres minutos más tarde, Zuqui lo agarró a Maxi Rodríguez dentro del área y Abal no dudó. Scocco transformó el penal en gol y también se convirtió en el máximo anotador del torneo.
Newell’s ganó 3 a 1 con claridad, llegó al noveno triunfo en el torneo y supera a Lanús por dos puntos. El Granate juega este domingo ante Independiente y está obligado a ganar para superarlo.
El Tomba, por su parte, perdió su tercer partido del torneo y quedó a ocho puntos de la punta.
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Muy buena victoria del Leproso como visitante y nada menos que ante el Ciclón en su casa. El único tanto del partido, a los 36′ de la primera parte, fue anotado por Maximiliano Rodríguez, tras una gran asistencia de Ignacio Scocco.
Flojo partido de San Lorenzo, que prácticamente no inquietó a su rival en la etapa inicial, mientras que Newell’s aprovechó al máximo la contra que tuvo y se puso así en ventaja. En el complemento, el Leproso esperó en su campo mientras que los dirigidos por Juan Pizzi no tuvieron claridad para llegar al empate. Aun así, el local intentó con disparos desde media y larga distancia pero no pudo ante la resistencia del arquero Nahuel Guzmán.
El triunfo deja al conjunto de Gerardo Martino con 16 unidades, misma cantidad que Lanús, el puntero, que juega mañana ante Quilmes. Para San Lorenzo es un golpe inesperado que refleja una realidad decepcionante, ya que con 9 puntos, navega en la mitad de la tabla.
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Gran victoria de Lanús por 1 a 0 ante Godoy Cruz en Mendoza, por la sexta fecha del Torneo Final 2013. El Granate abrió el marcador con un buen cabezazo de Carlos Izquierdoz a los 26′, tras un córner del paraguayo Ayala. Durante el primer tiempo, los dirigidos por el Mellizo Guillermo dominaron el trámite cediéndole el balón a su rival y Godoy Cruz buscó el empate pero no encontró claridad para conseguirlo.
En el segundo tiempo, Lanús pudo ampliar la ventaja pero falló en la definición y por eso sólo venció por la mínima diferencia. Godoy Cruz no supo generar juego asociado y fue bien neutralizado por su oponente. El equipo de Palermo llegaba invicto al encuentro, condición que ahora sólo le pertenece al Granate.
El triunfo Granate lo mantiene como único líder del certamen y así el equipo del Sur se sube seriamente al carro de los candidatos a quedarse con el Torneo Final 2013.
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La noche en que millones de caras pálidas se quitaron de encima la tristeza con un grito a secas, o un llanto desconsolado, o un insulto maldiciente, o el recuerdo de un íntimo que no soportó demasiada espera. La noche en que esa millonada de caras pálidas, sea de cualquier modo, se unió en la común sensación de que la nostalgia iba perdiendo relieve hasta convertirse del todo en un presente delicioso. Y River campeón: una vuelta olímpica después de 18 años. Una porción de tiempo suficiente para que cualquier individuo, en su vida fuera de las canchas, logre aclimatarse a los vientos más desfavorables. Pero imposible de concebir semejante sometimiento desde el tamiz pasional del hincha. El 14 de agosto de 1975, Angel Labruna, ese que había vuelto desafiando la estadística más cruda, levantó el puño y acompañó el grito de alegría aunque por una huelga no haya podido estar el día de la consagración. El Metropolitano de aquel año fue una de las páginas más gloriosas de Angelito como entrenador Millonario. El, junto al Beto Alonso, Oscar Más y Roberto Perfumo, entre otros valores fundamentales, consiguieron reubicar a River en su historia grande quebrando tal vez la peor racha de la historia del fútbol argentino.
Un temperamento a prueba de balas para soportar los sofocones y una alta dosis de frescura para rematar en campo rival. Con la misma astucia con que vapuleaba defensas, Labruna diseñó un equipo equilibrado en todas sus líneas. Roberto Perfumo, El Pato Fillol, Pedro González y Oscar Mas eran algunos de los hombres más “curtidos” del plantel. Perfumo se incorporó tras su experiencia en el fútbol brasileño. Un año antes había sido el capitán de la Selección argentina en el Mundial de Alemania. Pinino regresaba desde España con un currículum lustrado por su paso por el Real Madrid. González, de la liga peruana. Norberto Alonso encabezaba una camada de jóvenes surgidos del club que fueron parte vital de aquella coronación. Carlos Morete, el goleador del equipo. Juan José López, uno de los baluartes del mediocampo y figura del torneo. Daniel Passarella y Reinaldo Merlo, recambios eficientes que cumplieron cada vez que fueron requeridos. Se jugó en dos rondas, todos contra todas. En la etapa inicial del campeonato River preanunció su final feliz. Goleó a San Lorenzo y derrotó a Boca 2 a 1 en la Bombonera. Venció a Racing e Independiente, también a Unión, al buen equipo de Huracán y al Ferro que estaba despegando. Perdió un solo partido, 1-4 ante Newells en el Monumental y también al sorprendente Unión, que terminó la primera rueda como único escolta a ocho puntos del equipo de Labruna.
PRODUCCION ESPECIAL del Beto Alonso y el Mariscal Perfumo para El Gráfico luego de gritar campeón. El primero era el desequilibrio en ataque; el segundo, la experiencia e inteligencia en defensa.
La última conquista de River había sido el tricampeonato con José María Minella como entrenador, en 1957. Desde ese entonces el público millonario padeció un período oscuro en el que las alegrías se insinuaban pero quedaban truncas a pocas fechas del final. En aquel Metropolitano una turbulencia en la segunda ronda reavivó las pesadillas del fracaso. El equipo perdió tres partidos consecutivos, todos por la mínima diferencia: ante Atlanta, Newells y el Superclásico en el Monumental. La ausencia de Alonso, sancionado con seis fechas por una expulsión contra Independiente, fue un freno de mano para el empuje arrollador del equipo. Pero Labruna cumpliría su promesa con los hinchas. El riesgo agiganta el mérito del entrenador, que había erigido su estela en tiempos del famoso equipo de La Máquina, épocas en las que River no otorgaba resquicio para la disyuntiva sobre su estirpe de mejor. Un linaje devastado por 17 temporadas de exilio en el desván de los gigantes que agonizan. Ese torbellino eterno que, a priori, era capaz de envolver cualquier legajo. Acaso hasta el propio Angelito la vio fea cuando esos nueve puntos quedaron en el camino. Pero nunca desistió. Y el tono ganador de su mensaje siempre fue el mismo. River se rehízo en medio de una carrera que Huracán y Boca también soportaron hasta último momento. Empató con Temperley, derrotó a San Lorenzo 2 a 0 en un partido clave y le ganó a Argentinos Juniors en cancha de Vélez. Ese partido ante los de la Paternal en Liniers tuvo un condimento especial.
EL PARTIDO CONSAGRATORIO
María Estela Martínez de Perón, caminando el último año de su mandato presidencial que sería interrumpido por el golpe de estado de 1976, no supo, ni ella ni el Ministerio de Trabajo, cómo atemperar el conflicto con la gran mayoría de futbolistas profesionales del país. Los jugadores, descontentos por las condiciones salariales, emprendieron una huelga días antes de aquel encuentro decisivo entre Argentinos Juniors y River. El entrenador y sus dirigidos adhirieron al paro y hubo que echar mano en la cuarta y quinta categoría para armar el equipo. Jóvenes sin roce, algunos ni siquiera habían debutado, con la gigantesca obligación de ir a la cancha de Vélez dar el último salto para escapar de la pesadilla. Federico Vairo, histórico entrenador de las inferiores millonarias, se hizo cargo de aquella ocasional Primera división. A los 24 minutos del segundo tiempo un zurdazo de Rubén Bruno le dio el triunfo y el campeonato a River.
LA TAPA DE EL Gráfico. River volvía a gritar campeón después de 18 de sequías con Angel Labruna como DT.
Ese día, River formó a:
Alberto Pedro Vivalda; Orlando Ponce, Luis Alberto Jometón; Rodolfo Luis Rafaelli, Héctor Norberto Bargas (Sergio Gigli), Fernando Zappia (cap); Leonardo Labonia, Rubén Mario Cabrera, Ramón Orlando Gómez, Rubén Norberto Bruno, Francisco Groppa (Luis María Giménez). Técnico: Federico Vairo.
La semana siguiente el Monumental fue un universo rojo y blanco de 80000 almas. A los titulares les alcanzaron 45 minutos para coronar la campaña con un 2 a 0 sobre Racing (Alonso de penal y Morete). El complemento no pudo jugarse por las 10000 personas que invadieron el campo de juego. En el Nacional, Angelito y los suyos volverían a gritar campeón.
El equipo titular:
Fillol; Comelles, Perfumo, Artico y Héctor López; Juan José López, Raimondo (Reinaldo Merlo también fue clave) y Alonso; Pedro González, Morete y Mas.Técnico: Angel Amadeo Labruna
El podio: River, 55 puntos; Huracán 51; Boca 50.
El goleador:Héctor Scotta, 32 goles – San Lorenzo.