Se acabó el descanso para River. El Millonario volvió a los entrenamientos y el plantel se reencontró en el Monumental. Ramón Díaz contó con 30 jugadores, entre ellos Vangioni, Román y Mauro Díaz, las tres caras nuevas. El lunes viajarán a Tandil.
Este viernes, bien tempranito, el Monumental recibió con los brazos abiertos a Ramón Díaz y sus Ramones. Fueron 30 los jugadores con los que contó el entrenador en el regreso a los entrenamientos, en la primera práctica del 2013.
Leonel Vangioni (refuerzo), Adalberto Román y Mauro Díaz (regresos) fueron las tres caras nuevas que dijeron presente en Núñez, ante una buena cantidad de hinchas que esperaban sacarse una foto con sus ídolos antes del viaje a Tandil, que se dará el próximo lunes.
Allí, River comenzará el duro trabajo físico de cara al primer semestre del año. En cambio, los ausentes en esta práctica inicial fueron el arquero Daniel Vega y los defensores Luciano Vella y Carlos Arano, quienes no son tenidos en cuenta por el DT y se van a presentar recién el próximo martes para entrenar con un preparador físico a la espera de que se resuelva su futuro.
Oros ausentes con aviso fueron Manuel Lanzini, Matías Kranevitter y Carlos Ruiz, afectados al seleccionado sub 20 que jugará desde el miércoles próximo el Sudamericano de la categoría en Mendoza y San Juan. También Juan Manuel Iturbe, quien pertenece al Porto de Portugal pero sólo restan detalles para que se sume al Millo a préstamo por seis meses.
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En el mercado de pases, de las 158 contrataciones de los clubes entre caras nuevas y regresos, apenas 35 cumplieron un rendimiento acorde con las expectativas generadas y sólo 7 se destacaron: para el torneo Final, los equipos podrán sumar a dos (tres, si estarán en la Libertadores) y deberán achicar el margen de error.
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Cuando los dirigentes y los entrenadores se ponen a analizar los posibles refuerzos, sueñan con que los elegidos terminen entregando una productividad similar a las de Ignacio Scocco y Facundo Ferreyra para Newell’s y Vélez, respectivamente. Porque casi no tuvieron adaptación. Llegaron y no bien saltaron a la cancha empezaron a convertir goles y a participar de manera activa en el funcionamiento de sus equipos. Así, Gerardo Martino y Ricardo Gareca encontraron tranquilidad y bastiones importantes a la hora de pelear el campeonato. Pero no siempre se acierta y, está claro, el buen ojo no siempre alcanza para que una «incorporación» sea finalmente un «refuerzo». Cada entrenador busca soluciones, pero ninguno tiene garantizado el resultado positivo. ¿Por qué? Las referencias humanas y de rendimiento pueden ser las mejores, pero también influyen otras cuestiones, como llegar a tiempo para hacer la pretemporada, adaptarse rápidamente al sistema del DT y a las características de los compañeros y no sufrir lesiones que le generen interrupciones en su crecimiento. Algunos directores técnicos pueden elegir; otros -más necesitados y con escasos recursos- deben agudizar el ingenio.
Lo cierto es que, por varias razones, en el último mercado de pases la relación expectativa/rendimiento, en general, no fue de la mano. De las 158 contrataciones (entre caras nuevas y regresos), apenas 35 respondieron en esa dirección y sólo siete se destacaron con un nivel alto y sostenido en forma regular. En el podio, detrás de Scocco y Ferreyra, aparecen Emmanuel Gigliotti (Colón), Rodrigo Mora (River), Fernando Ortiz (Racing), Gabriel Heinze (Newell’s) y Denis Stracqualursi (San Lorenzo).
Ahora dirigentes y entrenadores tendrán menos margen de error, ya que sólo podrán incorporar a dos futbolistas para el próximo torneo Final, y tres quienes participen también en la Copa Libertadores. Será el campeonato más importante teniendo en cuenta que definirá los descensos a la B Nacional.
Facundo Ferreyra pasó de irse al descenso con Banfield a ser campeón y figura con Vélez. Y eso que comenzó jugando en la 4a fecha, en San Juan. Chucky tomó protagonismo por esfuerzos propios y por la lesión de Jonatan Copete, ausente por varios meses.
Pocos recuerdan que Matías Díaz fue refuerzo de San Lorenzo por un puñado de días. Pero el volante de Defensa y Justicia, primero aceptado por Caruso Lombardi y luego declarado prescindible, terminó emigrando a Banfield antes del arranque del Inicial.
Rodrigo Erramuspe cumplió su préstamo con Unión y estuvo en las primeras fechas con Lanús, pero luego se fue a Huracán.
Apuesta a la experiencia
Cuando Cristian Díaz armó el actual plantel de Independiente pensó en sumar experiencia para pelear para evitar el descenso. Así llegaron futbolistas con probada trayectoria en otros clubes como Zapata, Morel Rodríguez, Vargas, Leguizamón, Santana y Tula. Pero todos los nombrados sufrieron varias lesiones y nunca pudieron afianzarse. Leguizamón, desde las sensaciones, vivió el otro extremo de Ferreyra: pasó de ser campeón con Arsenal a casi ni jugar en un Independiente con rumbo indefinido.
Racing, un caso inverso
Luis Zubeldía tenía una idea cuando decidió sumar a Sand, Cámpora, Villar y Camoranesi. Hasta llegó a calificar a Pepe Sand como «un Dios» en medio de una práctica para que sus compañeros lo tengan como primera referencia y le pasen la pelota. Pero los destacados rendimientos de los juveniles Bruno Zuculini, Centurión, Vietto y Fariña le modificaron el plan inicial, a tal punto que el equipo fue armado en función de ellos. Como muestra vale el ejemplo de cómo formó Zubeldía el banco de suplentes ante Boca: De Olivera, Migliónico, Camoranesi, Pérez Guedes, Sand, Cámpora y Hauche. Menos el último delantero y el arquero, el resto eran todos refuerzos.
Román Martínez tardó en ingresar en el engranaje de Estudiantes, pero a su manera cumplió, aportando 4 goles. Puede dar más, pero cargó sobre su espalda con la responsabilidad de ser el nexo futbolístico pretendido por Cagna en el primer torneo post retiro de Verón.
¿Quiénes fueron los que mejor se reforzaron? La tabla del Inicial no miente: Vélez (campeón), Newell’s (subcampeón) y Belgrano (tercero). ¿Coincidencia? El cuarto fue Lanús, que no hizo locuras desde los costos y se quedó con ganas de incorporar un N° 9 con mayor peso ofensivo del que (según había proyectado Barros Schelotto) le podían dar Castillejos y Silvio Romero. Casualmente, la falta de un goleador fue una de las razones que no le permitieron llegar más lejos.