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En Rosario, venció 2 a 1 a Arsenal, con dos tanto del máximo anotador del torneo, que marcó el segundo con una gran pirueta; Heinze, expulsado.
ROSARIO.- Partido como el que le tocó afrontar a Newell’s frente a Arsenal puede resultar una prueba de carácter para determinar las posibilidades de un equipo de alcanzar el objetivo máximo. Deja entrever rasgos esenciales. El camino, tomando los 12 partidos disputados, que lleva andado el proyecto de Gerardo Martino en el torneo Inicial tiene números irreprochables: siete triunfos y cinco empates, la punta en el certamen y, como aspecto destacado, la condición goleadora de Ignacio Scocco, el autor de dos golazos. Anotaciones como la de ayer le dieron al conjunto rosarino una valiosa victoria por 2-1 y entregaron una radiografía que marca las señales de un equipo con una identidad definida.
Newell’s se vale de todo para sumar y quedarse con la exclusividad de la punta; de las virtudes propias y de los desajustes ajenos. De todos modos, más allá del costado positivo en lo expuesto ayer por el conjunto local, esta vez en el final se adaptó al éxito como pudo. La inferioridad numérica por la expulsión de Gabriel Heinze le requirió una versión más peleadora. La que tenía a mano para resolver unos minutos finales con más ingredientes viscerales que técnicos. Y demostró que sabe ganar por sus virtudes futbolísticas y también cuando la pulseada se plantea en el terreno del temperamento.
En un partido que se presumía cerrado, el único puntero hizo su negocio a los cinco minutos después de una gran jugada colectiva que quedó en los pies de Lucas Bernardi, que envió un centro elevado al corazón del área, entre Lisandro López y Santiago Braghieri. Claro que lo más sorprendente es la fe que le sobra a Scocco, quien metió un cabezazo impactante que dejó sin chances a Cristian Campestrini.
Scocco, el goleador del campeonato, elevó la diferencia en las alturas. Esperó el rebote de un córner con una chilena impactante. De esas que los espectadores aplauden de pie. Una maniobra acrobática del delantero volvió a dejar a Campestrini en el piso en el 2-0 transitorio.
El panorama cambió en el segundo capítulo. Newell’s esperó un poco más y lo fue mucho más a partir de los 14 minutos, cuando fue expulsado Heinze (recibió la primera amarilla por protestar y la segunda por juego brusco), quien era una pieza importante.
Todo lo contrario que su oponente, Arsenal no supo qué hacer con la pelota. Carlos Carbonero tuvo ratos en los que hizo pesar su talento, como cuando consiguió el descuento después de un pase atrás que capitalizó de zurda ante la escasa resistencia de Nahuel Guzmán.
Las repetidas interrupciones del final por los fuegos artificiales de los locales abrieron un resquicio para la emotividad. Porque Arsenal intentó todo lo que no había hecho antes. No hubiera sido justa la igualdad. Newell’s había tenido a un Scocco demasiado inspirado como para no afianzarse en la punta.